¿Quién no se ha preguntado en numerosas ocasiones qué es el Feng Shui? El Feng Shui no es una religión, ni un dogma, ni un conjunto de supersticiones; es una filosofía, es un arte, es una ciencia que dispone de fórmulas matemáticas complejas, dispuestas a ser aplicadas y que busca la armonía entre el espacio, el tiempo, las construcciones, las personas y el entorno que nos rodea.
El Feng Shui es una técnica que estudia el magnetismo dentro de las viviendas, locales comerciales, espacios al aire libre,…, y sus efectos sobre las personas que en él habitan o que quedan bajo su influjo; y los efectos que sobre ellas ejerce, posibilitando identificar y corregir las situaciones negativas y potenciando las positivas, dentro de las construcciones; así como en los espacios abiertos.
Desde el punto de vista más tradicional, el Feng Shui, literalmente viento-agua, es el antiguo arte chino de crear ambientes armoniosos, aunque podemos encontrarlo con otras formas de expresiones y de hacer en todas las culturas y tradiciones desde la más remota antigüedad. Se originó hace cerca de 5.000 años en las planicies agrícolas de la Antigua China. Su desarrollo ha ido avanzando desde entonces, progresiva y eficazmente.
“Según registros históricos, su nombre original era Kan Yu que significa literalmente configuración del cielo (Kan) y formación de la tierra (Yu), también conocido como Camino del Cielo y Camino de la Tierra. Kan Yu es parte de un gran sistema de estudios conocido como Yuan Xue, que combina Kan Yu con el I Ching y otras disciplinas. Este campo de estudios es el que conocemos como el auténtico feng shui” (SOROA, R. 2002).
En la tradición china, el Ser Humano, por su nacimiento tiene tres tipos de influencias que determinan su suerte y que surge por igual desde el Cielo, desde la Tierra y desde el Ser Humano en sí mismo.
A un nivel externo, el viento nos vincula con el espacio y el Cielo, y el agua nos lleva a su lugar de resguardo, la Tierra. Y es aquí, entre el Cielo y la Tierra donde el Ser Humano se encuentra como elemento equilibrador, formando la tríada perfecta de la armonía.
El Feng Shui es un sistema de influencias, positivas y negativas, que pueden ser identificadas y corregidas. Nada es fijo, todo cambia, está en continuo movimiento, cada lugar es un “mundo” por descubrir y armonizar. Es necesario realizar un estudio individual de cada construcción, de cada espacio, porque cada uno de ellos posé sus propias características y en función de ellas se aplicarán unas técnicas u otras.
El Feng Shui siempre fue considerado un asunto sagrado y secreto, sólo conocido y utilizado dentro del círculo imperial. Sus conocimientos pasaron de generación en generación, de padres a hijos; o de maestro a discípulo, por vía oral.
En la actualidad es una disciplina que proporciona armonía entre el hombre y el entorno que le rodea. Sus diagnósticos y resoluciones son capaces de resolver los problemas que envuelven una casa en relación a las personas que en ella habitan. Estos diagnósticos están adaptados al moderno estilo de vida. Una vez estudiadas las interacciones entre espacio y sujeto, la “cura” o búsqueda del equilibrio se realiza propiciando que el Chi, se mueva de un modo armónico y dinamizador; ayudando de este modo a actualizar todo el potencial de felicidad que el ser humano lleva dentro, a través del equilibrio de los cinco elementos chinos (fuego, tierra, metal, agua y madera).
Hoy en día el uso del Feng Shui nos lo encontramos en grandes empresas, bancos, fábricas,… que quieren mejorar su situación actual o simplemente su relación con el hábitat y medio que les rodea.
El Feng Shui, nos ofrece los conceptos y las herramientas para ubicar, escoger o diseñar nuestra casa, lugar de trabajo, jardín,… de tal manera que promueva éxito, salud, riqueza y felicidad en nuestras vidas.
El Feng Shui utiliza datos exactos: fechas de la persona o personas; ubicación y orientación geográfica de la construcción; ambiente, vegetación, agua, materiales, luz, ruidos, etc,… y propone alternativas para optimizar el flujo de energía.
El Feng Shui permite además, seleccionar fechas para acontecimientos importantes (firma de contratos, compraventa, inauguración de una vivienda o local comercial, celebración de una boda,…), fecha de inicio de una obra y traslado a una nueva vivienda, estudio cosmo-telúrico, compatibilidad sujeto-vivienda,….
El Banco de China, así como otras muchas construcciones (Ciudad Olímpica de Beijín: cubo, el nido,…), están realizados según el milenario arte del Feng Shui. Nada se deja al azar, todo está ubicado en lugares específicos según las distintas Escuelas Tradicionales, empezando por la de la Forma y Estrellas Voladoras, y completando el diseño, según la Escuela Pa Chai y las Técnicas superiores del Agua. El cubo, de la Ciudad Olímpica de Beijín.